Martes 12. Como las demás naciones.

El pueblo no quiso oír la voz de Samuel, y dijo: No, sino que habrá rey sobre nosotros; y nosotros seremos también como todas las naciones”
1º Samuel 8: 19 20


El mundo esta dividido en continentes y países. Cada país tiene su identidad como lugar geográfico pero también como nación. Una nación es un conjunto de personas de un mismo origen y que hablan un mismo idioma y tienen una tradición común.
En los tiempos en que Samuel era ya anciano, Dios quiso reinar sobre su pueblo Israel. Pero el pueblo no quiso. En el versículo 7 Jehová dijo a Samuel: “no te han desechado a ti, sino a mi me han desechado, para que no reine sobre ellos”. No querían reconocer a Dios como su verdadero y único Rey. Querían ser como las demás naciones.
Hoy a los que somos hijos de Dios nos puede suceder lo mismo. Queremos ser como los demás. Queremos tener las mismas costumbres, vivir de la misma manera, en fin parecernos más a la gente que vive sin tener en cuenta a Dios. Pero el Apóstol Pedro en su primera carta nos enseña que somos una “nación santa, pueblo adquirido por Dios”, y tiene un propósito: “para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamo de las tinieblas a su luz admirable” (1º Pedro 2:9). Santo quiere decir apartado para Dios. Si Dios nos aparto para El, es porque esta interesado en nosotros. El tiene un propósito especial para nosotros en esta vida. El “querer parecerse a los demás” a Israel le costo muy caro. Saúl nunca obedeció de corazón la Palabra de Jehová. Llego a tal extremo de tener que consultar a una adivina para saber como debía obrar.

Por Lucas Paulino.