Sábado 02/ Domingo 03. Un virus.

“Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante”
Hebreos 12: 1


¿Alguna vez tuviste un virus? Recuerdo una vez que me enfermé. Fue una gripe muy fuerte, que me produjo fiebre; además de conjuntivitis (hinchazón y picazón en los ojos) y otitis (Inflamación del oído). La verdad es bastante feo estar enfermo. Seguramente a ti te ha pasado, todos alguna vez nos enfermamos. Lo que a veces molesta de estar con un virus es que no podes hacer nada, no podes salir a practicar un deporte, a comer algo con tus amigos, no poder ir al grupo de jóvenes, ni siquiera a la escuela o facultad. Estamos muy limitados para disfrutar de ciertas cosas.
Ahora, ¿sabias que el pecado es un virus? este afecta nuestro corazón, y debilita la relación con Dios. El Señor Jesús dice que lejos de El, no podemos hacer nada (Juan 15: 5). Y el virus del pecado nos separa y aleja de Dios. Restringe nuestra vida, trae conflictos con los que nos rodean, nos hace infelices. A veces somos tan ingenuos que creemos que el pecado nos da satisfacción, ¡si, produce satisfacción por un momento limitado! pero la paga de esa satisfacción en la muerte (Romanos 6: 23). Querido lector, Dios quiere que tu vida sea limpia de todo ese pecado. Jesús murió en la cruz para que podamos ser “sanos”, vale decir, SALVOS…, aun más vale decir, ¡felices! ¿Todavía no has entregado tu vida a Dios? Ahora es el momento de dejar todo en las manos de Dios, confesar de corazón y confiar plena y enteramente en El…, y si ya los has hecho, pero en tu vida abundan los “virus”, es tiempo de tomar determinaciones y dejar las cosas de la vieja vida de lado.

Vivamos plenamente, sin virus, sin pecados.

Por Andrés Vellano.