Miércoles 15. Dependencia, confianza y fe.

“Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho este durmió”
Hechos 7: 60


La muerte de Esteban es realmente fuerte. Sus palabras carcomen el corazón de cualquier persona y su ejemplo, un verdadero baluarte para el pueblo de Dios.
Después de insultarlo y juzgarlo, lo echan fuera de la ciudad. Todos está observando su rostro, con odio y con duras piedras en sus manos. ¿Podemos imaginar un momento estar en la piel de este hermano? Ya cuando las piedras comienzan a lastimar su piel y el sol se oscurece Esteban dice unas palabras escalofriantes. Eleva una oración al Padre. Pero no pide por él, sino por sus asesinos.
Pensemos en un hermano que no puedo perdonar, o alguien que me ofendió o lastimo. ¿Realmente somos tan incapaces de entender la dimensión del amor de Dios? Dios nos perdonó de TODOS nuestros pecados. Esteban aprendió de Jesucristo, que debemos no solo perdonar, sino amar a quienes nos aborrecen. Qué ejemplo más hermoso tenemos, primero de Cristo, segundo de un hijo de Dios, que supo ser obediente hasta lo último de su vida.

Las últimas palabras de Esteban, fueron una oración por sus asesinos. Semejante acto, demanda una dependencia, confianza y fe en Dios absoluta. Cada uno puede preguntarse ¿tengo algo de la dependencia, confianza y fe de Esteban? Dios quiera que la respuesta sea sí.

Por Andrés Vellano.

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