Miércoles 27. Voluntario.

“Reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario.”
1ra de Crónicas 28: 9


¿Has tenido la oportunidad de ver algún camión de bomberos voluntarios pasar a toda velocidad hacia un incendio? A mí personalmente es algo que me pone la piel de gallina. Hace un tiempo atrás estuve en el cuartel de bomberos voluntarios de Paraná Entre Ríos. Pero por diversos motivos no pude completar la capacitación. Recuerdo que mientras los nuevos aprendíamos y nos capacitábamos, estaban aquellos que cumplían con las guardias de 24 horas. Cuando sonaba la alarma, en menos de 30 segundos ya había una dotación en la autobomba saliendo a la calle. Los bomberos eran, empleados públicos, enfermeros, mecánicos, oficinistas…, todos voluntarios. Ninguno de ellos recibe nada de dinero por su trabajo.
No hay nada más bello de ver en la iglesia local que los voluntarios. Aquellos hermanos que sin otra intención de servir a Dios trabajan en la iglesia. Dios nos pide que le sirvamos de corazón perfecto, es decir, sin mirar lo que hace el otro, sin críticas, sin malas intenciones; y que lo hagamos de ánimo voluntario.
Los bomberos se capacitan en su oficio, son voluntarios, pero profesionales. Los creyentes también debemos estar capacitados. Capacitados en el conocimiento de la Palabra de Dios, en toda buena obra, en ayudar, en ser honestos, bondadosos, misericordiosos, preparado para toda buena obra.

A los voluntarios nadie los obliga a nada, justamente, lo hacen por voluntad propia, ese es el significado del concepto. Hoy podemos ser voluntarios, pero de Dios. Podemos servirle de todo corazón. ¿Te perderás la oportunidad de hacerlo?

Por Andrés Vellano.

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