Lunes 05. Sí.

“Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito pero no todo edifica.” 1Corintios 10:23

“Dale nomás, todo es igual,” dice la letra de un tango muy famoso, lo mismo el que trabaja y el que roba, el que estudia y el que no. Pero en la Palabra de Dios no es así, auque Dios diga que todo te es lícito, también dice no todo conviene.
Un hermano de la iglesia siempre dice que Dios puede permitir pero eso no significa que Dios apruebe, y realmente es así.
Si nos trasladamos al principio de la creación, Dios permitió que Eva comiese del árbol del bien y del mal pero no lo aprobó, porque de antemano le había dicho que no lo hiciese. Nos damos cuenta por su reacción ante Dios, cuando Él vino como todas las mañanas a charlar con ellos. Ellos se “escondieron de Dios”, pues nuestra mente (conciencia) está capacitada para mostrarnos lo que a Dios no le agrada, fíjate que cuando Eva fue tentada primero lo dudo y le dijo a la serpiente lo que Dios había dicho: “no comerán de este árbol”, pero ella no hizo caso de esto y tuvo la respuesta a su mala decisión (un castigo).
Siempre debemos formularnos esta pregunta: ¿me conviene hacer tal o cual cosa? Y el Señor por medio de su Espíritu nos susurrará a nuestra conciencia. Seamos sensibles a ella.

Señor revélame tu voluntad, la senda hazme ver con claridad, por dónde debo andar, qué pasos he de dar…

Por Pablo Baztán.

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