Domingo 10. Paloma.

“No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o que habéis de beber…¿no es la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta ¿no valéis vosotros mucho más que ellas?”
Mateo 6: 25 y 26


Un mediodía cuando todos los demás empleados ya se habían ido del trabajo a sus casas, me detuve a observar por la ventana de la oficina, un grupo de palomas alimentándose de las semillas de trigo, que habían caído de los camiones que traían dicho grano al lugar de acopio. Había palomas de varios colores, todos los tamaños y de todas las edades; pero todas comían sin detenerse del mismo alimento, como ya no hubo ruidos, personas caminando, camiones, maquinas etc. solo importaba alimentarse de este manjar que “Alguien” había preparado, sin que ellas tuvieran algo que hacer. Fueron varios minutos que mi vista quedó detenida observando esa escena maravillosa, donde solo se veía la buena mano de Dios teniendo la precaución de que estas aves se alimentaran, sin tener que sembrar, cosechar o guardar en una planta de acopio (granero).
Hay un viejo y hermoso himno que dice:

¿Cómo podré estar triste? ¿Cómo entre sombras ir?
¿Cómo sentirme solo y en el dolor vivir?
Si Cristo es mi consuelo, mi amigo siempre fiel,
Si aun las aves tienen seguro asilo en El.
Coro:
¡Feliz, cantando alegre, yo vivo siempre aquí;
Si El cuida de las aves, cuidará también de mí!

Nunca olvidaré cuando con una hermana de 97 años cantábamos este himno en una clínica donde se había operado de sus caderas, fue tal el testimonio de esta hermana que impactó grandemente en mi vida, ella dijo en esa oportunidad “Creo que el Señor me dejó hasta ahora para algo”
La vida del creyente es como esas palomas, en las cuales el Señor piensa en cada detalle de sus vidas. Nunca pasa un día en que El se olvide de nosotros. Esto nos debe llevar indudablemente a confiar plenamente en nuestro Dios Todopoderoso. Si pensamos que nos falta algo detengámonos a mirar las aves y meditemos. Solo debe salir una palabra de nuestros labios que debe ser “Gracias”, Gracias por todo lo que nos das.
“Dad gracias en todo porque esta es la voluntad del Señor” 1Tes 5:18

Por Gaston Barolin.

No hay comentarios: