“Aprovechando bien el tiempo porque los días son malos”
Ef. 5:16
La palabra Internet, surge de la unión de dos palabras en ingles: international (internacional), network (red) o sea red internacional. El diccionario dice que el concepto de Internet apareció en Estados Unidos en los setenta, bajo los auspicios del Departamento de Defensa, para garantizar las trasmisiones informáticas en el caso de un hipotético ataque nuclear. El éxito de Internet se basa en el hecho de quien disponga de una computadora personal conectada a la red telefónica local, puede, a bajo precio, navegar a través de auténticos océanos de información esparcidos por todo el mundo. Un estudio, determinó que había 11.500 millones de páginas web a finales de enero del 2005.
En Internet hay desde la información para el trabajo práctico que tenés que entregar mañana, hasta la inmundicia mas extrema que el hombre ha llegado a crear. En Internet podes ser feliz. Podes encontrar a “tu pareja ideal”, encontrar gente “como vos”, jugar, ganar plata, mirar toda clase de fotografías, bajar toda clase de películas, en fin podes hacerte esclavo de Internet. Porque para cada cosa necesitas una contraseña, que te identifique con esa pagina, que te permita entrar otra vez, donde dejes algo tuyo, donde aparezca tu nombre, tu apellido, color de cabello, color de ojos, estatura, gustos, defectos, cosas buenas; podes darle todo de vos a Internet. Y esta seguro de que lo puede mirar cualquiera aunque las “políticas de privacidad” digan lo contrario. En fin, esta “autopista de información” no tiene termino medio, o nos puede hacer ganar mucho tiempo, o nos puede hacer perder mucho mas tiempo del que podemos ganar. ¿Cómo usas Internet? Dios nos dice en su palabra que aprovechemos bien el tiempo porque los días son malos. Que nos volvamos a El (Isaías 44:22). Y que tengamos cuidado con cosas como esta (1º Timoteo 2:22). Es por nuestro propio bien. Por eso te aliento a que no te quedes solo con este devocional, abrí tu Biblia, lee la Palabra de Dios que es viva y eficaz (Hebreos 4: 12).
Por Lucas Paulino.
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