Martes 21. Como un reloj.

“…crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.”
Efesios 4: 15-16



La iglesia en donde me congrego está ubicada en un área rural. A unos 21 Km de la ciudad de La Paz en la provincia de Entre Ríos, Argentina. Hace unos años atrás comenzamos a construir algunas instalaciones para las actividades de los sábados y domingos, además de los campamentos y diversos encuentros. Todo eso sin duda que son bendiciones de Dios.
El mantenimiento del lugar y las nuevas contracciones demandan de la labor de todos los hermanos. Cada uno en su lugar haciendo lo que sabe, de esa manera la obra crece.
Muchas veces en las iglesias existen diferencias. Y es totalmente normal, pues somos personas y no todos pensamos de la misma manera. Pero lo que nos une es CRISTO. Y quien trata de separarnos es el diablo.
La congregación del Señor debe funcionar como un reloj, cada uno en su trabajito, sea grande o chico, y lo más importante, no dejemos que las diferencias nos estropee los engranajes del reloj.

Dejemos las pequeñeces y diferencias de lado, estemos en hora.

Por Andrés Vellano.

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