“Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”
Juan 1: 12
Las personas que son papás saben cuanto se ama a un hijo. Los que aún no somos padres nos lo podemos imaginar pero no experimentar. Un padre siempre cuida de su hijo, desde los pañales que hay que cambiar, hasta las tareas y en las decisiones importantes que hay que tomar. A su vez un hijo disfruta de la confianza de su padre.
Al igual que con un padre o una madre terrenal. Los que creemos y aceptamos a Cristo como nuestro Salvador. Pasamos a tener un Padre celestial, Dios. Si, Dios en ahora un padre amoroso para con nosotros; nos cuida, nos protege, nos bendice, muchas veces nos dice que “no” para guardarnos de algún mal. Nosotros podemos disfrutar de ese amor tan inmenso que Dios nos muestra. Y no solo esto, sino que podemos vivir confiados porque sabemos por medio de la fe que El nos llevará a su casa, al cielo mismo.
Confiemos y vivamos en paz, pues nuestro padre es Dios.
Por Andrés Vellano.
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