Sábado 05/ Domingo 06. Una carta.

“Libra a los que son llevados a la muerte”
Proverbios 24: 11



Cuando un bombero o un rescatista “salva” a una persona, normalmente se le entrega una medalla o un reconocimiento. Y escuchamos en las noticias que el tal bombeo es un héroe y “le salvo la vida” a otra persona.
Pero realmente que es ¿salvar la vida de alguien? En la Palabra de Dios se nos enseña que nosotros podemos “salvar la vida de alguien”. No como un rescatista, sino como un ministro de Cristo. Predicando el evangelio de SALVACION. Si bien es la obra de Cristo y la sangre del Cordero la que salva. Nosotros podemos ser partícipes en ese rescate. Y demás está decir que es una obligación de cada creyente el predicar el evangelio.
Tengo en mi Biblia una carta. Una carta que tiene ya 6 años de antigüedad. Me la dio una amiga cuando terminamos el colegio secundario. Recuerdo mucho a esa compañera, recuerdo que la ayudaba en algunas materias… pero lo que me da tristeza cuando veo la carta es que, a pesar de conocerla, ser compañeros, tener confianza, nunca le presente el evangelio de Salvación. Es una deuda pendiente que tengo. ¿Y tú, tienes alguna carta guardada? ¿Una carta que te recuerde de alguien que esté en peligro de ir a la condenación eterna? Si es así, te invito a poner las manos en el arado y a trabajar para encontrar a esa persona y llevarla a los pies de Aquel que la puede salvar.

Cuando hay alguien en peligro, los bomberos salen sin titubear, como creyentes deberíamos salir a buscar a las almas en peligro sin titubear.

Por Andrés Vallano.

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