Jueves 01. Esteban.

“Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios.”
Hechos de los Apóstoles 7: 55 y 56


Esteban era uno de los diáconos elegidos por los discípulos (con la guía del Espíritu Santo). En el momento de su elección se nombran dos características de él. La primera es que era un varón lleno de fe (Hch 6: 5) y en segundo lugar lleno del Espíritu Santo (Hch 6: 5). ¡Que cualidades más hermosas estas! La primera nos habla de la fe plena que tenia y la segunda de su comunión y confianza en Cristo.
Este varón de Dios es arrestado y posteriormente juzgado y condenado a morir bajo las piedras (murió apedreado) (Hch cap. 7). En el momento de su muerte dice las palabras del encabezado. Y nuevamente se refleja su fe y su llenura del Espíritu Santo.
Esteban es fue un cristiano tal como vos y yo. Seguramente con sus fortalezas y debilidades. Pero lo verdaderamente llamativo es que nunca se ve que su fe y su confianza plena en Dios hayan decaído. Incluso ante las dolorosas piedras de la muerte…, su mirada fue el Cristo.

Dios nos de fe y una vida en comunión cada día. Que podamos tener los ojos firmes en Cristo, sea en los momentos de dicha como él los de dolor.

Por Andrés Vellano.

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