Miércoles 01. Clamando por las aguas.

“Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo.”
Salmo 42: 1


Todas las personas que viven en proximidad a los desiertos o tienen relación con éstos, conocen muy bien la importancia del agua. Vital para la vida, el agua es un elemento fundamental para poder vivir. Se estima que una persona, sin alimentos y sin agua, pierde la vida rápidamente. Pero, si una persona no tiene alimentos, pero tiene agua, pude sobrevivir varios días.
El salmista nos insta a tener sed, pero de algo más que de agua. Sed del Dios eterno. De la misma manera que es importante el agua para nuestro organismo, así es importante la presencia de Dios en nuestra vida espiritual. Sin agua, el cuerpo muere, sin Dios el espíritu se apaga. ¡Qué sencilla lección nos enseña el salmista! tengamos sed de Dios, en un mundo que cada vez más se asemeja a un desierto.

No dejes que tu espíritu tenga sed.

Por Andrés Vellano.

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