Viernes 06.Abrochandonos el cinto II

“Nunca tal acontezca que yo os justifique; Hasta que muera, no quitaré de mí, mi integridad. Job 27:5”

Habíamos dicho que nuestro cinturón cumple con dos importantes funciones.
1. Era el encargado de mantener unidas todas las partes de la armadura. Es decir sin el cinturón puesto todo se caía.
2. El cinturón servía para enganchar la espada y en algunos casos también el escudo.
Asimismo:
1. La verdad en nosotros expresada por medio de la integridad debe ser nuestro cinturón, el común denominador en todas las áreas de nuestra vida. Cuando infringimos el arma de la integridad, estamos permitiendo que nuestro enemigo nos golpee con fuerza. “Josue 24:14-15”.
2. Si en nuestro corazón no hay verdad tampoco lo hay en nuestros pensamientos, y si en los pensamientos no hay verdad tampoco lo va a ver en nuestras palabras, actitudes y gestos. La integridad es lo que se ve por medio de nuestro testimonio con nuestros vecinos, compañeros (trabajo, estudio…) amigos, e inclusive con nuestra familia. Pero si no hay palabra de Dios en nuestras actitudes, difícilmente crean en la verdad que vos quieras comunicarles acerca de Dios, porque estarás hablando algo totalmente desconocido para ellos y que con tu vida te encargas de desmentir. También que nuestra vida esté llena de verdad es necesario para que el diablo no tenga de que acusarnos delante de Dios. No te dejes engañar, satanás es un experto en esto y no hay nada más parecido a la verdad que la mentira dicha y disfrazada por el. 2Pe 1:19.

Nuestro desafío para hoy está en Tito 2:6-8.

Por Alexis Barolin.

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