Lunes 28. El poder de Dios.

"Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos."
1ra de Samuel 17: 45 y 46


Los filisteos se habían propuesto destruir al pueblo de Dios, y acamparon en Efes-damin. En tanto que Saul (el rey de Israel) acampó en el valle de Ela. Entre ellos había un valle, unos estaban de un lado y los otro del otro. A este cuadro se le suma un detalle más, a saber: un guerrero de los filisteos llamado Goliat, que medía 2.92 metros de altura y estaba armado con una armadura deslumbrante. Este guerrero se paraba en el valle e insultaba a al pueblo de Dios. Pero todos los israelitas le tenían miedo y nadie se animaba a hacerle frente. Hasta que un jovencito llamado David escucha los insultos del gigante; y no toleraba que el nombre de Dios sea profanado. Entonces sale a enfrentarlo y dice las palabras del encabezado. La historia termina con que David corta la cabeza de Goliat y el pueblo de Dios vence a los filisteos.
Creo que mucho se ha hablado de esta historia. Y muchas enseñanzas preciosas nos fueron dadas a través de ella. Pero quisiera hacer solo un breve comentario. Y este tiene que ver con la fe de David, una fe que descansaba en el poder de Dios. Era imposible que este jovencito derrotara semejante gigante; pero cuando fija su fe en el Dios de los cielos y la tierra, una simple piedra alcanza para derrotar al temible guerrero.
¿Estas enfrentando tus miedos solo/a? pone toda tu fe y confianza en Dios, y así esos miedos que son como gigantes serán derrotados. Pidamos, clamemos y busquemos de todo corazón la ayuda de Dios en todo tiempo.

El Dios de David es también nuestro Dios, descansemos en el poder de su fuerza.

Por Andrés Vellano.

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